viernes, 6 de diciembre de 2019

¿ENFADARSE O HACER ALGO?

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Estamos en Adviento, un tiempo que para nosotros, que creemos en Jesús, significa Esperanza.

La venida de Cristo nos trae la esperanza. El Dios infinito, el creador de todo el universo, el que preparó admirablemente la tierra para que la habitara el ser humano, desciende en pequeñez y en humildad. Se encarna en el seno de una Virgen y aparece en el mundo en la bajeza y la modestia de un bebé.

Jesús cuyo nacimiento esperamos, nos enseña que el mal no tiene la última palabra, que la muerte no vencerá la última batalla, que hemos sido creados para la vida y para la Vida con mayúsculas.

Por eso, en un tiempo en que crecen los profetas de calamidades; en un tiempo en que parece que los hechos les dan la razón; en un tiempo en que el cambio climático nos demuestra que la naturaleza tiene sus leyes por encima de nuestra voluntad y en el que las noticias de revoluciones, de guerras, hambre, esclavitud, desigualdad etc. nos arrollan cada día y hacen que muchos piensen que se acerca el apocalípsis, el fin del mundo; nosotros debemos aferrarnos más a nuestra fe en el amor de Dios; en la palabra de Jesús, que dijo que, cuando viéramos todas estas cosas no nos encogiéramos de miedo, sino que nos levantáramos y alzáramos la cabeza, porque se acerca nuestra liberación.

Exactamente, las palabras evangélicas son:

Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.

Las leemos en el evangelio de Lucas capítulo 21 versículos 25 y siguientes.

En este texto Jesús es claro: por muy mal que vaya el mundo, los cristianos no podemos pensar que ya no hay nada que hacer. Hemos de levantarnos y alzar la cabeza. Hemos de mirar lo que nos rodea y hacer lo posible para hacer presente a Jesús

En estos días oímos que hay manifestaciones por el cambio climático; y personas que protestan y muestran su enfado con los políticos, exigiendo a los demás que "hagan"; mientras que otros, contemplando la situación reaccionan de manera "proactiva" (palabra moderna para decir que se buscan soluciones a los problemas).

Cuando tomamos conciencia de que estábamos tirando mucha basura, empezamos a reciclar y a cambiar el tipo de bolsas y envases para no contaminar.

Cuando un joven llamado Boyan Slat vio la cantidad de plásticos que estaban invadiendo los océanos, comenzó a investigar la manera de resolverlo, y ha inventado un artilugio que aprovecha las mareas para recoger y retirar los plásticos del océano.

En el siglo XIX, el Padre Tejero fue testigo de la situación de esclavitud de muchas jóvenes que caían en las redes de la prostitución. En principio buscó quien lo hiciera; pero no se quedó de brazos cruzados. Utilizó su imaginación para encontrar el método no sólo para acogerlas, sino también prepararlas para cuando salieran de la casa.

Padre Francisco García Tejero
Nuestra fundación tuvo su origen en la respuesta "proactiva" de nuestros fundadores a un problema de la sociedad de su tiempo. Madre Dolores y el Padre Tejero tuvieron los ojos bien abiertos y las manos dispuestas para responder; porque en el análisis de la situación que encontraron, vieron la voluntad de Dios. No agacharon la cabeza, la levantaron y comprendieron que se acercaba la liberación.

La liberación hoy depende de que nosotros seamos capaces de ver la realidad con los ojos abiertos y las manos dispuestas a descubrir qué es lo que Dios quiere de nosotros para responder a ella.

Porque no podemos bajar la cabeza y encogernos. Jesús nos lo dice: "Levantaos, alzad la cabeza, se acerca la liberación".

¿Qué parte me corresponde en el mundo actual?, ¿qué puedo hacer para, como dice el Papa Francisco, ayudar a que los migrantes se sientan acogidos?, ¿qué puedo hacer para que no tengan que emigrar?, ¿y para que disminuyan las emisiones de gases?, ¿qué puedo hacer por quien vive cerca de mí y está solo?, ¿qué puedo hacer por...?

A nosotros Dios no nos pide ser una Greta Thumberg, que va por el mundo regañando a los políticos; más bien nos pide parecernos en algo a Boyan Slat, que pongamos nuestra imaginación en funcionamiento para hacer de la tierra un lugar mejor. No es necesario que inventemos algo extraordinario; pero sí debemos descubrir qué podemos hacer para que el mundo sea más humano, sin agachar la cabeza, sin encogernos, haciendo el poquito que podemos sin pensar que es poco.

El mundo espera nuestra respuesta.
No es poco tratar bien al inmigrante que veo por la calle; no es poco reciclar y procurar no comprar lo que no necesito. No es poco hacer mi trabajo con honradez, aunque haya mucha corrupción a mi alrededor. No es poco, no.

Y, sobre todo, no es poco si rezamos por este mundo nuestro, si rezamos por aquellos a quienes Dios les ha dado la inteligencia y la imaginación para que desarrollen máquinas y artilugios que puedan mejorar la calidad del aire; por los que entregan sus vidas en la misión, en las misiones de paz, en los campos de refugiados.

Decía el Papa Francisco en el mes misionero de octubre que la misión se hace con los pies de los que van, con las rodillas de los que oran y con las manos de los que ayudan. Preguntémonos qué nos toca ser: ¿pies que van?, ¿rodillas que oran?, ¿manos que ayudan?

Y, por supuesto, no dejemos que los profetas de calamidades nos hagan agachar la cabeza, no dejemos que los momentos difíciles de la vida nos hagan dar razón a los que niegan la existencia de Dios. Porque si pasamos por dificultades, Jesús también pasó, si nos enfrentamos con la muerte (o con las pequeñas muertes de cada día), Jesús también se enfrentó; y nos dejó claro que tras la muerte, tras todas las muertes que podamos incorporar a su cruz, viene la resurrección; viene la vida.

Adviento nos habla de Vida, nos habla de Esperanza. Jesús vino y Jesús viene.

Hoy quiero compartir con vosotros la canción de Ain Karem titulada "Poneos en pie". Que invita a nuestras almas a ponerse en pie, a interpretar los signos de los tiempos y a prepararnos para la venida del Hijo del Hombre a la tierra.

Poneos en pie y alzad la cabeza
mirad que llega el hijo del hombre a la tierra 
y viene a habitar vuestro hogar
poneos en pie (poneos en pie) 
y encended la lámpara no os halle dormidas 
que arda vuestra llama

Velad y estad atentas 
leer los signos de los tiempos el reino de Dios...
está cerca
Poneos en pie y alzad la cabeza
mirad que llega el hijo del hombre a la tierra 
y viene a habitar vuestro hogar
poneos en pie (poneos en pie) 
y encended la lámpara no os halle dormidas
que arda vuestra llama

velad y estad alertas cuidad las luz de vuestra velas 
el hijo del hombre llama a la puerta.

Poneos en pie y alzad la cabeza
mirada que llega el hijo del hombre a la tierra 
y viene a habitar vuestro hogar
poneos en pie (poneos en pie) 
y encended la lámpara 
no os halle dormidas que arda vuestra llama.

Vivamos y sembremos un Adviento de esperanza a nuestro alrededor.