Estamos en Adviento, un tiempo que para nosotros, que
creemos en Jesús, significa Esperanza.
La venida de Cristo nos trae la esperanza. El Dios
infinito, el creador de todo el universo, el que preparó admirablemente la
tierra para que la habitara el ser humano, desciende en pequeñez y en humildad.
Se encarna en el seno de una Virgen y aparece en el mundo en la bajeza y la
modestia de un bebé.
Jesús cuyo nacimiento esperamos, nos enseña que el mal
no tiene la última palabra, que la muerte no vencerá la última batalla, que
hemos sido creados para la vida y para la Vida con mayúsculas.
Por eso, en un tiempo en que crecen los profetas de
calamidades; en un tiempo en que parece que los hechos les dan la razón; en un
tiempo en que el cambio climático nos demuestra que la naturaleza tiene sus
leyes por encima de nuestra voluntad y en el que las noticias de revoluciones,
de guerras, hambre, esclavitud, desigualdad etc. nos arrollan cada día y hacen
que muchos piensen que se acerca el apocalípsis, el fin del mundo; nosotros
debemos aferrarnos más a nuestra fe en el amor de Dios; en la palabra de Jesús,
que dijo que, cuando viéramos todas estas cosas no nos encogiéramos de miedo,
sino que nos levantáramos y alzáramos la cabeza, porque se acerca nuestra
liberación.
Exactamente, las palabras evangélicas son:
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en
la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el
oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que
se le viene encima al mundo. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una
nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos,
alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
Las leemos en el evangelio de Lucas capítulo 21
versículos 25 y siguientes.
En este texto Jesús es claro: por muy mal que vaya el
mundo, los cristianos no podemos pensar que ya no hay nada que hacer. Hemos de
levantarnos y alzar la cabeza. Hemos de mirar lo que nos rodea y hacer lo
posible para hacer presente a Jesús
En estos días oímos que hay manifestaciones por el
cambio climático; y personas que protestan y muestran su enfado con los
políticos, exigiendo a los demás que "hagan"; mientras que otros,
contemplando la situación reaccionan de manera "proactiva" (palabra
moderna para decir que se buscan soluciones a los problemas).
Cuando tomamos conciencia de que estábamos tirando
mucha basura, empezamos a reciclar y a cambiar el tipo de bolsas y envases para
no contaminar.
Cuando un joven llamado Boyan Slat vio la cantidad de
plásticos que estaban invadiendo los océanos, comenzó a investigar la manera de
resolverlo, y ha inventado un artilugio que aprovecha las mareas para recoger y
retirar los plásticos del océano.
En el siglo XIX, el Padre Tejero fue testigo de la
situación de esclavitud de muchas jóvenes que caían en las redes de la
prostitución. En principio buscó quien lo hiciera; pero no se quedó de brazos
cruzados. Utilizó su imaginación para encontrar el método no sólo para
acogerlas, sino también prepararlas para cuando salieran de la casa.
Padre Francisco García Tejero |
La liberación hoy depende de que nosotros seamos
capaces de ver la realidad con los ojos abiertos y las manos dispuestas a
descubrir qué es lo que Dios quiere de nosotros para responder a ella.
Porque no podemos bajar la cabeza y encogernos. Jesús
nos lo dice: "Levantaos, alzad la cabeza, se acerca la liberación".
¿Qué parte me corresponde en el mundo actual?, ¿qué
puedo hacer para, como dice el Papa Francisco, ayudar a que los migrantes se
sientan acogidos?, ¿qué puedo hacer para que no tengan que emigrar?, ¿y para
que disminuyan las emisiones de gases?, ¿qué puedo hacer por quien vive cerca
de mí y está solo?, ¿qué puedo hacer por...?
A nosotros Dios no nos pide ser una Greta Thumberg,
que va por el mundo regañando a los políticos; más bien nos pide parecernos en
algo a Boyan Slat, que pongamos nuestra imaginación en funcionamiento para
hacer de la tierra un lugar mejor. No es necesario que inventemos algo
extraordinario; pero sí debemos descubrir qué podemos hacer para que el mundo
sea más humano, sin agachar la cabeza, sin encogernos, haciendo el poquito que
podemos sin pensar que es poco.
El mundo espera nuestra respuesta. |
No es poco tratar bien al inmigrante que veo por la
calle; no es poco reciclar y procurar no comprar lo que no necesito. No es poco
hacer mi trabajo con honradez, aunque haya mucha corrupción a mi alrededor. No
es poco, no.
Y, sobre todo, no es poco si rezamos por este mundo
nuestro, si rezamos por aquellos a quienes Dios les ha dado la inteligencia y la
imaginación para que desarrollen máquinas y artilugios que puedan mejorar la
calidad del aire; por los que entregan sus vidas en la misión, en las misiones
de paz, en los campos de refugiados.
Decía el Papa Francisco en el mes misionero de octubre
que la misión se hace con los pies de los que van, con las rodillas de los que
oran y con las manos de los que ayudan. Preguntémonos qué nos toca ser: ¿pies
que van?, ¿rodillas que oran?, ¿manos que ayudan?
Y, por supuesto, no dejemos que los profetas de calamidades
nos hagan agachar la cabeza, no dejemos que los momentos difíciles de la vida
nos hagan dar razón a los que niegan la existencia de Dios. Porque si pasamos
por dificultades, Jesús también pasó, si nos enfrentamos con la muerte (o con
las pequeñas muertes de cada día), Jesús también se enfrentó; y nos dejó claro
que tras la muerte, tras todas las muertes que podamos incorporar a su cruz,
viene la resurrección; viene la vida.
Adviento nos habla de Vida, nos habla de Esperanza.
Jesús vino y Jesús viene.
Hoy quiero compartir con vosotros la canción de Ain
Karem titulada "Poneos en pie". Que invita a nuestras almas a ponerse
en pie, a interpretar los signos de los tiempos y a prepararnos para la venida
del Hijo del Hombre a la tierra.
Poneos en pie y alzad la cabeza
mirad que llega el hijo del hombre a la tierra
y viene
a habitar vuestro hogar
poneos en pie (poneos en pie)
y encended la lámpara no
os halle dormidas
que arda vuestra llama
Velad y estad atentas
leer los signos de los tiempos
el reino de Dios...
está cerca
Poneos en pie y alzad la cabeza
mirad que llega el hijo del hombre a la tierra
y viene
a habitar vuestro hogar
poneos en pie (poneos en pie)
y encended la lámpara no
os halle dormidas
que arda vuestra llama
velad y estad alertas cuidad las luz de vuestra velas
el hijo del hombre llama a la puerta.
Poneos en pie y alzad la cabeza
mirada que llega el hijo del hombre a la tierra
y
viene a habitar vuestro hogar
poneos en pie (poneos en pie)
y encended la lámpara
no
os halle dormidas que arda vuestra llama.
Vivamos y sembremos un Adviento de esperanza a nuestro
alrededor.